miércoles, 20 de enero de 2010

GÓTICO

El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia, y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el gótico pervivió más tiempo). Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra, Castilla y Aragón.





El neogótico


En el siglo XIX, el entusiasmo romántico por lo medieval (como reacción frente al neoclasicismo academicista) y el historicismo, lleva a cabo amplias restauraciones de edificios medievales, llegándose a establecer el estilo neogótico, arquitectura realizada a imitación de la gótica medieval. Se sueña a partir de este momento con un renacimiento del arte medieval, llenándose de nuevo contenido al término "gótico" que empieza a distinguirse y separarse claramente del románico.

Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas
catedrales llenas de luz, desarrolla una importante arquitectura civil e independiza a las otras artes plásticas (pintura y escultura) de su subordinación al soporte arquitectónico.


Arquitectura


A nivel arquitectónico, el estilo gótico nació en torno a 1140 en Francia, siendo considerada como el primer monumento de este movimiento la basílica de la abadía real de Saint-Denis o San Dionisio (edificada por el abad Suger, consejero de Luis VII de Francia).
También desde finales del siglo XII y comienzos del XIII se divulga por los monasterios de la
orden del Císter un estilo despojado de ornamentación y reducido a la pureza de los elementos estructurales, expresión de las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval, que se suele denominar arte cisterciense.
Este arte se ha definido durante mucho tiempo de manera bastante superficial, exclusivamente por la utilización de uno de sus elementos, el
arco apuntado, al que suele llamarse ojival, del que se deriva la bóveda de crucería que permite desplazar los empujes a contrafuertes externos, que se alejan aún más de los muros mediante el uso de arbotantes. Eso permitió la construcción de edificios mucho más amplios y elevados, y el predominio de los vanos sobre los muros. Los elementos sustentantes (pilares de complicado diseño) quedan mucho más estilizados. Pero la utilización de un elemento no puede definir un estilo de forma global, se trata de un problema más amplio, de una nueva etapa histórica, una nueva concepción del arte y con el del mundo. Un elemento estructural, por importante que sea, no puede resumir un concepto global sobre la vida.








Escultura gótica

En la escultura gótica las tallas en piedra continúan usándose para la decoración de la arquitectura, además de cumplir la función evangelizadora (el catecismo de los analfabetos, la inmensa mayoría de la población) pero cada vez se emancipa más (paso del relieve al bulto redondo). La escultura gótica evolucionó desde un estilo alargado y rígido, aún en parte románico, hacia un sentimiento espacial y naturalista a finales del siglo XII y principios del siglo XIII. La influencia de las esculturas griegas y romanas que aún se conservaban se incorporaron al tratamiento de las telas, las expresiones faciales y la pose.
Las esculturas góticas nacieron en los muros de las iglesias, a mediados del siglo XII en la
Isla de Francia, cuando el abad Suger hizo construir la abadía de Saint-Denis (h. 1140), considerada el primer edificio gótico, y muy pronto le siguió la catedral de Chartres (h. 1145). Anteriormente, no había tradición escultórica en la Isla de Francia, así que los escultores se traían de Borgoña, quienes crearon las revolucionarias figuras que actuaban como columnas en el Pórtico Real de Chartres. Era un invento enteramente nuevo y proporcionaría el modelo para una generación de escultores.
Las ideas francesas se divulgaron. En
España la penetración del gótico francés se hizo a través de maestros y obras que llegaron procedentes de este país, por ejemplo en Cataluña la influencia del taller de Rieux es bastante evidente en la virgen del Patrocinio de Cardona . En Alemania, desde 1225 en la catedral de Bamberg en adelante, el impacto se encuentra en todos los lugares. La catedral de Bamberg tiene el más amplio conjunto de escultura del siglo XIII, culminando en 1240 con el Caballero de Bamberg, la primera estatua ecuestre en el arte occidental desde el siglo VI, y que se cree que retrataba a Conrado II.
En
Inglaterra la escultura estaba más limitada a monumentos funerarios y decoraciones no figurativas, en parte debido a la iconoclastia cisterciense. En Italia aún persistía la influencia clásica, destacando obras como el púlpito del baptisterio de Pisa (1269) y el de la catedral de Siena. Una obra maestra tardía de la escultura gótica italiana es la serie de tumbas de los Scaligeri en Verona.




Pintura gótica


Un estilo de pintura que pueda llamarse «gótico» no apareció hasta alrededor de 1200, o casi 50 años después del comienzo de la arquitectura y la escultura góticas. La transición del románico al gótico es muy imprecisa y no hay un claro corte, pero podemos ver los comienzos de un estilo que es más sombrío, oscuro y emotivo que en el periodo previo. Esta transición ocurre primero en Inglaterra y Francia alrededor de 1200, en Alemania en torno a 1220 e Italia alrededor de 1300.
Es usual indicar que, mientras en el románico las representaciones figurativas son simplificadas e idealizadas, en el gótico se tiende a aumentar el
realismo y naturalismo, aproximándose a la imitación a la naturaleza que será el ideal del renacimiento, incluyendo la representación de paisajes, que, no obstante, sigue siendo poco usual.
En el gótico, en correspondencia con las nuevas tendencias filosóficas y religiosas (recuperación de la filosofía de
Aristóteles






El período gótico tuvo una larga vigencia en España desde mediados del siglo XII hasta el XVI. España, en el siglo XIV, estaba constituida por gran cantidad de reinos cristianos: Castilla, Navarra, mientras que los reinos de Aragón y Valencia, el principado de Cataluña y el Reino de Mallorca formaban la Corona de Aragón. El Islam, desde el siglo XIV, solo disponía del Reino de Granada. A partir de la anexión de Navarra en 1516, se puede hablar de un único estado en España con una política común, aunque los reinos interiores siguieron manteniendo sus prerrogativas.
El gótico llegó tempranamente a España desde Francia por el camino de Santiago
. En la zona de influencia del camino se combinaron los nuevos elementos franceses con las formas tradicionales españolas sin llegarse, como en otros países, a una variante española del gótico, pues el interés de los monarcas hispanos por la cultura francesa supuso asumir sus innovaciones arquitectónicas, manteniendo la influencia francesa.





Sobre 1170, se comenzó el ambicioso proyecto de la catedral de Ávila, con una doble girola, disposición que únicamente tenía en todo Europa Saint-Denis, mausoleo de los monarcas franceses.
La
catedral de Cuenca fue otra de las primeras góticas. Comenzada en 1196, tenía la más avanzada técnica de la época, seguía las formas del dominio real francés de la Île de France con evidentes influencias normandas, que se manifiestan en el empleo de bóvedas sexpartidas.
Sobre 1225, comenzó la llamada etapa clásica, con la introducción en
Castilla de las formas clásicas que habían triunfado en las catedrales francesas de Chartres, Reims, Amiens, Bourges y Le Mans. Las grandes catedrales de Burgos, Toledo y León se conformaron según el modelo francés, que se caracterizaba por un importante desnivel entre sus naves.
La de Burgos se comenzó en 1221. En principio tenía tres naves con transepto único y cinco capillas en cabecera. El segundo arquitecto dispuso una girola, con deambulatorio y cinco capillas. Del siglo XIII hay tres partes esenciales: la cabecera, finalizada en 1230; luego el transepto y la nave, terminados en 1260, con algunas diferencias de estilo respecto a la anterior; por último las ambiciosas ampliaciones del final del XIII, con las fachadas, las torres y la girola con diferencias de estilo acusadas sobre lo anterior. Las esbeltas agujas de las torres se añadieron en el
siglo XV y el cimborrio del crucero es del siglo XVI. Las agujas de piedra de las torres, con gran riqueza de calados en gótico flamígero, fueron construidas por Hans von Köln (Juan de Colonia), y son similares a las terminaciones de las torres del gótico tardío del sur de Alemania.





Las catedrales de Burgos y Toledo están inspiradas ambas en la de Bourges de Francia; fueron comenzadas al mismo tiempo. Sus dos promotores eran amigos y apoyaban la política de Fernando III. Toledo se construyó más lentamente porque estaba concebida con criterios más ambiciosos: era la iglesia del primado de España. La reducción efectuada en Burgos, respecto del modelo francés de Bourges, de tres naves, deambulatorio simple y transepto de una nave, contrasta con la ampliación tipológica de Toledo, con cinco naves, doble deambulatorio y transepto de tres naves. Para construir Toledo se derribó la mezquita, que estaba en estado de ruina y que a su vez se había construido sobre un templo cristiano visigodo. Una de las características más significativas de la catedral de Toledo, y caso singular de la arquitectura gótica europea, es la forma de resolver la bóveda del deambulatorio, que pasa de cubrir 5 arcos en la zona interior a 17 en el muro exterior. La multiplicación de las bóvedas hacia el exterior se resolvió según el modelo de Le Mans, correspondiendo a cada columna interior dos exteriores. En Toledo los dos deambulatorios se bifurcan dos veces. Por último señalar varias formas decorativas de inspiración islámica empleadas en Toledo.
Los muros góticos facilitaban la colocación de grandes ventanales con extensas vidrieras policromadas. En España con la catedral de León empieza realmente el desarrollo de este arte, sus numerosas vidrieras pueden parangonarse con las de las catedrales de Chartres, Reims o Amiens. Las vidrieras leonesas se han atribuido a un taller hispano-francés.




El siglo XIV, manierista, destaca sobre todo en Cataluña. La importancia del sentido espacial se manifestó en la proliferación de templos de una nave (cuando eran tres se tendía a igualar las alturas de las naves), pilares delgados, gran amplitud. La catedral de Barcelona, iniciada en 1298 y con la bóveda terminada en 1448, tiene una ancha nave central y las laterales casi de la misma altura. Su principal arquitecto fue el maestro Jaume Fabré. La impresión de espacio está aumentada por las tribunas sobre las capillas laterales, que dan mayor anchura al ya amplísimo interior.
El recurso visual empleado para dar la sensación de hallarse en un espacio mayor fue incluir los
contrafuertes dentro de la nave, cerrando el muro por la parte externa de los mismos, entre los que se dispusieron las capillas laterales y encima aparecieron las tribunas. Exteriomente ocurre lo contrario: los contrafuertes quedan fuera de la vista del espectador, encerrados en su interior.
El abovedamiento de la nave central de la
catedral de Gerona es uno de los casos más brillantes de la arquitectura medieval. Construida la cabecera, se decidió, tras una larga discusión técnica, cubrir con una sola nave en lugar de con tres. Guillem Bofill se encargó de construir la mayor bóveda del gótico con casi 23 metros de ancho y 34 metros de altura. Se basó en el modelo de Barcelona que perfeccionó: la presión de la bóveda se transmitía a contrafuertes interiores, colocándose entre ellos las capillas laterales. Comenzada la nave central en 1417, no se pudo terminar hasta 1604.
La inmensa
Catedral de Santa María de Sevilla fue el más grande proyecto de Europa. Su construcción comenzó en 1401 y concluyó en 1506, demoliendo la mezquita almohade que se venía usando de iglesia desde 1248. Se conservó la base de la alta torre almohade, la Giralda, como campanario de la nueva catedral. Su primer arquitecto pudo ser Charles Galter de Rouen y el diseño está influido por modelos franceses. Impresionan sus siete naves, su gran altura (44 metros en la nave) y sus casi 100 ventanales. Es una construcción de naves escalonadas, exteriormente apoyadas en multitud de arbotantes y contrafuertes coronados por pináculos.
























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